Lo que hace a la naturaleza perfecta es su exótica imperfección. Y justo esto determina también la autenticidad de alguna piedra ya que se suele ver en el mercado piedras preciosas y semipreciosas realmente perfectas indicando en la mayoría de los casos que son falsas ya que las piedras reales tienen defectos naturales (como burbujas o grietas) y variaciones en su color o matices. Cuando se presenta una coloración exagerada o irregular se podría pensar que la piedra ha sido manipulada con tintes o simplemente es falsa.
La piedras autenticas bajo la luz manifiestan un alto brillo y refractan la luz de una forma intensa.